Muchas voluntades pocas
herramientas para llevarlas a cabo.
El pasado viernes 27 de Abril, se realizó el seminario:
Valdivia hacia una ciudad sustentable e innovadora, instancia que tuvo
expositores internacionales y paneles locales.
Partamos del punto que no podemos creerle mucho a un
Seminario de Sustentabilidad que está auspiciado por Celulosa Arauco, aun así
hare una pequeño desglose de los temas tratados ahí.
Entre lo destacable estuvo la primera charla a cargo de
Enrique Peñalosa Londoño, economista y político Colombiano,
la cual se centró en la ciudad de las personas, privilegiar siempre el espacio público
y el habitante por sobre la circulación
automotriz.
Algo que ya habíamos leído hace años de Jaime Lerner
cuando hablo del “colesterol urbano” definiéndolo como la acumulación en nuestras venas y arterias
del uso excesivo del automóvil. “Eso
afecta al organismo y hasta a la mente de las personas. Enseguida creen que
todo se resuelve con el coche. Entonces preparan la ciudad sólo para el
automóvil, viaductos, autovías… y las emisiones de gases de vehículos.”
Lerner Afirma que
pensar la ciudad en función del automóvil es el gran problema urbano,
los grandes supermercados y centros comerciales en las afueras de la ciudad
incentivan el uso del auto y favorecen la falta de ejercicio impidiendo caminar
la ciudad.
Además el hecho de separar las funciones urbanas, vivir aquí, trabajar allá y tener actividades
de ocio en otro lugar genera un desgaste y desperdicio energético.
La exposición de Peñaloza se centró en mostrar la visión
ciudad pero no en identificar las herramientas políticas que le dan sustento a ésta.
El colombiano, que se mostró contrario a la construcción de
puentes en la Ciudad de los Ríos, destaco que la ciudad debe crecer de forma
compacta para tener distancias cortas. Estamos de acuerdo, pero cualquiera que
conozca la trama urbana de Valdivia entiende lo necesario que es modificar la actual estructura de conectividad
de la ciudad, la cual necesita adoptar un esquema de red, diverso y democrático
en cuanto a movilidad y salir de su
sistema de árbol con sólo una opción de movilización hacia la zona costera (algo
que escribí en un post anterior). La sustentabilidad debe también asegurar la
accesibilidad de los habitantes al todo urbano.
Posteriormente fue el turno de exponer de Ricardo Jordán,
Geógrafo de la división de desarrollo sostenible y asentamientos humanos de la
CEPAL quien hizo un paneo sobre la líneas generales de planificación urbana en
américa latina, interesantes lineamientos, muy claros en el papel pero con
enorme complejidad de materializar en un sistema donde el mercado es quien
maneja la ciudad.
Acá caemos en el tema central, ¿cómo es posible
planificar las ciudades sin las herramientas necesarias? De partida los
obsoletos Planes Reguladores solo terminan regulando el mercado del suelo y recordemos que en Chile,
según la política de desarrollo urbano de 1979, el suelo urbano NO es un bien escaso y su
valor queda regido por las fuerzas del mercado.
Estrategias, acuerdos y planes maestros no son
herramientas vinculantes y comienzan a depender de voluntades de uno y otro
lado.
Creo que se requiere de una Política Regional de
Ordenamiento Territorial acompañada de la respectiva ley, que permita a los distintos organismos
compartir objetivos comunes en lo que se refiere a la proyectar ciudades
ambientalmente sostenibles, protegiendo los recursos y priorizando la ocupación
de suelo y que garantice la participación ciudadana vinculante en los distintos
niveles legislativos para el territorio, para lo cual es necesario esclarecer
estrategias y procesos de toma de
decisiones en las distintas instancias de participación.
Las ciudades se encuentran siempre en un equilibrio
precario entre crecer y gobernar su desarrollo. Las ciudades son organismo y sostener
su dinamismo y al mismo tiempo no extender más allá de sus reales capacidades
su tamaño y complejidad, son las condiciones básicas para el balance de su
metabolismo.
Para finalizar esta diatriba contra el sistema, me
quedare con las palabras de Roberto Martínez y su discurso de ciudad compacta y
los pilares fundamentales de la
sustentabilidad:
Sostenibilidad económica: la que se da cuando la
actividad sostenible ambiental y social es financieramente posible y rentable.
Sostenibilidad social: basada en el mantenimiento de la
cohesión social y de su habilidad para trabajar en la persecución de objetivos
comunes.
Sostenibilidad ambiental: compatibilidad entre la
actividad considerada y la preservación de la biodiversidad y de los
ecosistemas, evitando la degradación de las funciones fuente y sumidero. Este
último pilar es necesario para que los otros dos sean estables
Bonito discurso pero volvemos el tema inicial, muchas
voluntades pero poca claridad para llevarlas a cabo dentro de un sistema regido por el mercado inmobiliario.